La lluvia le seguía cada paso, borro cada huella, su cuerpo humedecido avanzaba presuroso, llega hasta el lugar acordado, allí estaban ese par de ojos tristes esperándole.
Las palabras temblaban y se cruzaban torpemente, las manos escondidas en los bolsillos, queriendo escapar y sintiéndose cobardes.
Resonaba la lluvia danzante en aquel techo que les protegía del mundo, los cuerpos se acercaron lentamente y en un abrazo que estremeció sus almas, descubrieron que se amaban más de lo que jamás imaginaron, por fin pudo besarle y esta vez no fue solo con la mirada.
Que hermoso, me puso los pelos de punta... igual me ha recordado algún momento.
ResponderEliminarMuchos besotes
Recuerdo cuando vi unos ojos tristes bajo la música de nuestros corazones se miraro esos ojos verde con esos ojos negros, danzo el amor entre ellos...
ResponderEliminarQuerida Viviana te dejo besos con cariño :)
Amiga, no estará lloviendo eternamente...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.